¿Qué tan grave tiene que ser algo, como para querer quitarnos la vida? Vernonika, en la historia de Paulo Cohelo, nos da un ejemplo de cómo hay que vivir y como hay que morir, sabiendo que la decisión que tomes es definitiva.
El suicidio es un acto de cobardía porque no deja de ser la huída de una vida en la que ya no le encontramos solución a los problemas que tenemos, pero muchas veces, esas soluciones no las ponemos en práctica porque ni siquiera sabemos cuál es el problema.
Veronika, era una mujer inteligente, nunca daba problemas, era buena hija y siempre tuvo empleos bien remunerados, pero nada de eso fue suficiente para querer permanecer de pie en la vida. Ella intentó suicidarse y al no lograrlo la enviaron a un hospital psiquiátrico, donde conoció gente que de principio le daba miedo y por la que no estaba interesada en lo más mínimo y con la que después tuvo una gran amistad.
Estaba una señora que parecía que se identificaba con Veronika, ella era mayor y ya había pasado varios años en ese lugar, tenía un amorío con el doctor psiquiatra y parecía que cada día era mejor su estancia en ese lugar que todos odiaban o más bien ni entendían que era.
También estaba Ed, un joven que estaba enfermo, no hablaba con nadie y no había emitido un ruido hace ya, varios meses. Veronika lo conoció y por momentos tenía miedo pero poco a poco se fue acercando. Estas dos personas fueron como un ángel de la guarda para que Veronika no pensara más en el suicidio ya que gracias a lo que pasaba con ellos, las conversaciones y las actividades ella se dio cuenta que valía la pena vivir.
Es impresionante cuando no sabes cual es el problema, cuando antes de gritar o de golpear una pared por la desesperación decides quitarte la vida y el plan no sale como esperabas, la vergüenza que puedes sentir contigo misma, al mirarte y con los seres que más te quieren porque es como reprocharles lo mal que lo han hecho contigo.
Yo pienso que hay problemas en la vida que nos hacen querer dejarnos morir y a veces no tiene que ser la vida la que perdamos, sino que puede ser la dignidad, la felicidad o simplemente el gusto e interés por hacer las cosas que solíamos hacer. Creo que teniendo una motivación en la cabeza, y siendo conscientes de los que somos y de lo que podemos dar no hay forma que pase la idea de morir por nuestras mentes.
Es importante mencionar que no hay que dejar el amor propio de un lado porque es ese quien nos da la fuerza para saber que podemos hacer las cosas y salir delante de los obstáculos que hay en la vida. Esta vida no es fácil, pero se necesita de mucho valor para estar y permanecer en ella; creo que debemos de dejar morir el miedo que hay dentro de nosotros, las envidias, la ira, el coraje, los rencores, debemos de amar, platicar y abrazar a quienes queremos y lo más importante no dejar de sorprendernos por las más pequeñas cosas que suceden a nuestro alrededor ya que son estas las que le dan sentido a nuestras vidas.
“No debes abandonar esta vida, si aún no sabes todo lo que puedes dar”
No hay comentarios:
Publicar un comentario